20 noviembre 2022

La COP 27, estancamiento y progreso

Estancamiento

Recordemos que el Acuerdo de París de 2015 pretende limitar el calentamiento global por debajo de los 2 °C respecto a los niveles preindustriales, e idealmente a 1,5 °C. También que son los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) la causa principal y primera del calentamiento global.

Fue recién en la COP 26 de Glasgow, el año pasado, que se logró por primera vez, que se incluyera algo sobre el problema de los combustibles fósiles en el texto oficial que rige los compromisos climáticos del Acuerdo de París. Fue un gran logro, aunque con lagunas. 

Aquél documento final de la COP 26 ofreció la intención de «reducir gradualmente el carbón no consumido» y «eliminar los subsidios ineficientes al petróleo»,  sin ninguna especificación de los términos. 

Por ejemplo, ¿qué significa «carbón no consumido»? El término no está definido y se presta a abusos por parte de la industria de los combustibles fósiles y de los países productores para justificar la continuidad de la producción de carbón. La expresión tampoco menciona el petróleo y el gas. Asimismo, hace 13 años que se usó la expresión «subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles», en una reunión de la G20 del 2009, pero jamás se aclaró qué cosa hace que una subvención a los combustibles fósiles sea «eficiente». Desde entonces, la expresión se ha utilizado indebidamente para encubrir la continua financiación pública del carbón, el petróleo y el gas.

Por eso, la Santa Sede expresó en su momento su preocupación por la existencia de «varias lagunas» en el documento de la COP 26, en los ámbitos de la «mitigación, la adaptación y la financiación», elementos que son «fundamentales para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París». La Iglesia entiende que la mitigación del cambio climático pasa indefectiblemente por la eliminación de los combustibles fósiles, como indica la ciencia del clima (cf. Laudato Si’, 165).

En esta COP 27, las manidas negociaciones se extendieron en tiempo extra, hasta la mañana del domingo 20 de noviembre, más de un día y medio de lo estipulado. Sin embargo, el documento final terminó siendo un copia y pega sin remedio respecto a este tema clave de los combustibles fósiles. Las mismas palabras y las misma lagunas e imprecisiones que deja lugar a cualquier interpretación, como el lavado verde y la dependencia de tecnología aún no probadas. ¿Será que hay algunos que piensan en la geo-ingeniería climática como solución al problema? Esperemos que no sea así. De este tema hablaremos en otra ocasión.

Lo que sí es claro, es que algunos países se empecinan en no escuchar las advertencias de la ciencia del clima, que expresó claramente en el último informe del Panel de Expertos (IPCC) sobre la urgencia de reducir a la mitad las emisiones del dióxido de carbono para el 2030.

Lo importante es notar que se trata de una veintena de países con fuertes intereses petroleros que hasta último momento coparon la discusión para licuar el lenguaje del documento (decían: «la convención debe abordar las emisiones y no el origen de las mismas»).  Por el contrario, más de 80 países,  pusieron de manifiesto oficialmente la necesidad de poner fin a la era de los combustibles fósiles en esta COP 27. Es decir, la masa crítica de países que apoyan el pedido de la eliminación de los combustibles fósiles ya es ineludible. 

 Progreso

Se han conseguido algunos puntos importantes en Egipto en la agenda de las Pérdidas y Daños sufridos por el cambio climático. Los países han decidido «establecer nuevos acuerdos de financiación para ayudar a los países en desarrollo que son particularmente vulnerables» a los impactos del cambio climático, incluyendo un fondo y la movilización de recursos nuevos y adicionales, «reconociendo la necesidad de apoyo de una amplia variedad de fuentes, incluyendo fuentes innovadoras».

Durante las negociaciones, la Unión Europea propuso la idea de que las contribuciones de las compañías petroleras y de gas, así como las tasas sobre los billetes de avión y los contenedores de transporte, se destinen a un fondo de Pérdidas y Daños. La creación del fondo será establecida por un comité transitorio durante el próximo año.

Otro aspecto positivo no menor de la COP27 fue el lanzamiento de un nuevo programa de trabajo que incluye una reunión anual de ministros para discutir la transición  justa a energías alternativas, lo que proporciona un foro para las conversaciones que ya han comenzado sobre la cuestión de los combustibles fósiles.

Junto con el Papa Francisco, siete años después de la encíclica Laudato Si’ y del Acuerdo de París, concluimos diciendo  tristemente que «con respecto al cambio climático, los avances han sido lamentablemente escasos» (Cf. Laudato Si’ 169).

Por Eduardo Agosta Scarel, O. Carm.

En colaboración con el Movimiento Laudato Si’

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