Oh, hermosa Flor del Carmelo, vid fecundísima, esplendor del cielo, santa y singular, que dio a luz al Hijo de Dios, permaneciendo siempre virgen, ayúdame en mi necesidad. En ti encuentro consuelo cuando estoy afligido, protección cuando estoy perseguido, fuerza cuando estoy agobiado por las pruebas, y luz en la duda y en las tinieblas. Amén.
El 16 de julio se ofrecerá una celebración eucarística para los miembros de la ONG carmelita en la gruta de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Malang, Indonesia.
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