La Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de la ONU sobre el cambio climático que se lleva a cabo en Glasgow desde el 31 de octubre y se extenderá hasta el 12 de noviembre es la primera que se desarrolla después de la difusión del Covid-19. En ella se espera que los países puedan establecer las modalidades concretas para lograr los compromisos previstos por el Acuerdo de París de 2015.
El itinerario para una implementación eficaz, todavía bajo la sombra de la pandemia, es bastante complejo e incierto. Los datos recientemente publicados en el Sexto Informe del IPCC (agosto de 2021) – que recoge resultados de los últimos avances de las ciencias del clima-, no son nada alentadores sobre el camino que está haciendo la comunidad internacional para conseguir los objetivos del Acuerdo de París.
«No se puede actuar solos, es fundamental el compromiso de cada uno por el cuidado de los demás y del ambiente, el compromiso que lleve a un cambio de rumbo que es muy urgente y que se debe alimentar también de nuestra fe y espiritualidad. (Papa Francisco, 4 de octubre de 2021)
La Delegación Vaticana, con el cardenal Piero Parolin a la cabeza, trae consigo el mensaje del Papa Francisco dirigido los líderes del mundo reunidos en Glasgow. Para Francisco la urgencia de la “transición ecológica” que estamos atravesando nos reclama un “giro obligatorio”, guiados por la esperanza de que “siempre podemos cambiar de rumbo”. Las dificultades para este cambio de rumbo están más en la falta de una clara voluntad política de medios y recursos para llevarlo a cabo.
Desde la COP25 de Madrid los países comenzaron el proceso de transición hacia un modelo de desarrollo de tecnologías y comportamientos que no inciden en las emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, la cuestión principal del debate en Glasgow es cuán rápido queremos que sea dicho proceso y si seremos capaz de lograr los cambios dentro de los límites de tiempo que plantea la ciencia del clima. Los datos indican que debemos lograr para el 2030 una reducción al 50% de las emisiones que había en el 2010, si queremos alcanzar los límites del Acuerdo de París. El deseo de la Santa Sede es que la COP26 pueda realmente reafirmar la centralidad del multilateralismo y de la acción y adoptar una mirada abierta a la interdependencia y al compartir, “incluyendo en ellos los llamados actores no estatales”, como las organizaciones del mundo empresarial y las organizaciones de la sociedad civil
El pedido de la Santa Sede a los líderes del mundo en Glasgow para llevar adelante para consolidar la alianza entre el ser humano y el medio ambiente, con atención particular a las poblaciones más vulnerables, puede resumirse en los siguientes puntos:
P. Eduardo Agosta, en Glasgow.
Llamamiento a la COP26 del Papa Francisco junto a otros líderes religiosos, firmado el 4 de octubre en el Vaticano:
El mensaje del Papa Francisco a la COP26, 30 de octubre de 2021 (BBC).