La Santa Sede, con su misiva en las vísperas del día conclusivo, expresó el desencanto del rostro humano de la crisis climática:
Durante estas dos semanas, han surgido varias “lagunas” en los ámbitos de la mitigación, la adaptación y la financiación. Los recursos disponibles para estos tres aspectos, que son fundamentales para para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, deberán ser reforzados y renovados para alcanzar estos objetivos…
Pese ello, se mantiene la esperanza de que los países puedan llegar a un acuerdo sobre una hoja de ruta clara para cerrar estas brechas pronto, con los países desarrollados tomando la iniciativa.
Iniciativas que sí o sí deberán considerar la desinversión en combustibles fósiles, desarrollo de energía alternativas y subsidios para la financiación climática a los países más necesitados.
Pues veremos a ver que pasa….
(Así es, seguimos en “veremos”).
“La única organización gubernamental que realmente se preocupa por la vida del planeta es el Vaticano, gracias al mensaje universal de la Santa Sede. Los católicos somos los únicos que no tenemos intereses particulares que garantizar, sino sólo el bien de toda la comunidad mundial. Este es el mensaje que recogemos de nuestra participación. Todas las demás organizaciones gubernamentales y empresariales están condicionadas por los fuertes poderes de la economía y las finanzas.” Andrea Ventimiglia, Delegado Observador, Carmelite NGO